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Channel: Amargura y Silencio » agrupacion musical
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Urticaria

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instrumentos

Foto: Juan Carlos Vázquez/ Diario de Sevilla

No falla, es hablar de costaleros o de música, o de las dos cosas a la vez y sube el pan. Vivimos en un mundo que nos lleva con prisas a todas partes, pocos pasan del titular y la foto que acompaña a la entrada o artículo, de record es si leen el primer párrafo. Y como en parte es lógico si no se reparte hojana en cantidades industriales llueven las quejas, las protestas y se dispara a bocajarro un “estas tirando por tierra nuestro trabajo”. A estas alturas uno está ya curado de espanto. El principal enemigo de las bandas esta dentro, y en la nube de hooligans que pululan por ahí, que ni disfrutan, ni dejan disfrutar de las cofradías. Los demás comprendemos que puede haber fallos, accidentes, que a alguien le traicionen los nervios, y que haya años buenos, y no tan buenos. Y quien más y quien menos sabemos que  las bandas cristeras tienen por lo general un saturado calendario entre ensayos, certámenes, y procesiones.

Dicho esto. No sé si los que forman parte de las bandas cristeras saben, o llegan a entender que buena parte de las críticas que se vierten en el ciberespacio, en prensa, y en la calle es sobre repertorios y arreglos. Cuando se califica una marcha…”atasco en Torneo” “cañones del Navarone” “la tormenta perfecta” no estamos juzgando el esfuerzo realizado en los ensayos, sino si nos gusta el resultado y a que nos recuerda. Cuidado no es algo que pase solo con las bandas cristeras, algunos tendrían que escuchar por ejemplo al respetable que acude a la temporada de abono de la real orquesta sinfónica de Sevilla.De vez en cuando los músicos profesionales reciben aplausos muy tibios, cuando no un silencio que se corta con un cuchillo, o directamente reciben un pateo de parte del público.

Hay quien dice que hay marchas que no suenan a Semana Santa. La pregunta es ¿a que Semana Santa? ¿a la anterior a la importación del repertorio de los bomberos de Málaga? ¿a las dos décadas de reinado casi absoluto de las agrupaciones musicales? ¿A la revolución de Eritaña con sus sardanas y gaitas?.

De nuevo voy a hacer un ejercicio de me gusta/ no me gusta: No me gusta en general la banda de las Cigarreras, ni los arreglos de las marchas, ni las de nueva composición; ¿eso significa que toquen mal? No. No me gusta la banda de la Redención, ni la de la Encarnación, ya lo he comentado alguna vez, tocan bajito, y lento; ¿eso significa que yo opine que desafinan estas dos bandas? No. Me gusta la banda de las Tres Caídas, ya si tuviese menos tubas, trombones, trompas, trompetas, etc. serían la caña. No me gusta, lo que se dice nada de nada la banda de los Gitanos, han mejorado mucho. ¿He dejado de ver como cada año al Señor de la Salud? No, y me he emocionado como siempre. Soy firme defensor de la banda de Arahal, dicen que suena anticuada, que si tal y que si cual, suenan como tienen que sonar. Por si alguien lo duda, seguro que sí, soy incondicional de la agrupación musical Virgen de los Reyes, desde los tiempos en que tocaban bajo el nombre de Jesús Despojado de sus Vestiduras. Me gustan los sones de la banda de la Centuria Macarena, me recuerdan a mi niñez.

El problema viene en cuanto alguien se atreve a decir no me gusta,  con epítetos, o sin ellos, zas, los músicos en pie de guerra. No digamos si alguien se atreve a cuestionar los uniformes, el costalero corneta, los pinganillos, o cualquier otra cosa. En realidad da igual, las criticas por lo general no son bien recibidas. No solo en las bandas cristeras; quien se atreve a cuestionar cualquier cosa es señalado, y se le tacha poco menos que de ignorante. Llama la atención la salida de tono de un director musical sobre las criticas recibidas. Una parte de los opinadores  tienen poca educación, pero no hace falta seguir de cerca a una banda para poder hacer una critica, en todo caso tener criterio y escuchar muchas cosas.

Creo que una de los temas que peor llevan las bandas son los trolls cibernéticos. En esto les pasa como a las propias cofradías: cabe preguntarse si sus relaciones publicas y comunity managers están preparados para lidiar con esa parte del “publico” que para alabar a su banda favorita no tiene mejor ocurrencia que despotricar sobre las demás.


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